Derechos de los animales

- Artículos - enero 31, 2022
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Considerando que todo animal posee derechos y que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen conduciendo al ser humano a cometer crímenes contra la naturaleza y los animales, en 1978 la Liga Internacional de los Derechos del Animal proclamó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales y posteriormente fue aprobada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Esta declaración estipula que todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia. Todo animal tiene derecho al respeto. El ser humano, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos, y tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales, tan es así, que todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del ser humano.

Esta declaración universal de derechos de los animales establece que ningún animal puede ser sometido a malos tratos ni a actos crueles, y si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y que no cause angustia.

Todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse. Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.

Los animales que viven tradicionalmente en el entorno del ser humano, tienen derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y libertad que sean propias de su especie. El abandono de un animal se considera un acto cruel y degradante.

Asimismo, todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al descanso.

La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, o cualquier otra forma de experimentación.

Cuando un animal es criado para la alimentación del ser humano, debe ser nutrido, instalado, transportado y sacrificado sin que ello resulte un motivo de ansiedad o dolor.

Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre y las exhibiciones y espectáculos que se sirven de animales son incompatibles con la dignidad del animal.

Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida. La muerte de un gran número de animales salvajes se considera un genocidio, un crimen contra la especie, y la destrucción del ambiente natural conduce al genocidio. Un animal muerto debe ser tratado con respeto.

Esta declaración también estipula que las escenas de violencia, en las cuales los animales son víctimas, deber ser prohibidos en el cine y en la televisión, salvo si ellas tienen como fin demostrar los atentados contra los derechos de los animales.

Aunque todos los seres humanos deben proteger a los animales, los organismos de salvaguarda deber ser representados a nivel gubernamental y los derechos del animal deber ser defendidos por la ley, como lo son los derechos del ser humano.

La capacidad de compasión y empatía que tenemos todos los seres humanos es fundamental para el respeto a los derechos de los animales y esta declaración tiene como fin brindar una convivencia armoniosa y sana entre seres humanos y animales, y en equilibrio con el planeta.

Información obtenida de la Secretaría de Gobernación.

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