Por: Gerardo Jair Jaime González
Hasta la fecha no se sabe a ciencia cierta por qué se denomina arma blanca a los instrumentos con características laminadas o cilíndricas, con punta algunos y punta filosa otros. Las explicaciones más aceptadas son, primeramente, que en la antigüedad el acero era muy distinto al actual, ya que era de color blanco. Y la otra explicación es que estos instrumentos se cromaban y, por tal razón, cuando se desenvainaban el destello del sol o de la luna en su caso, los hacía brillar, razón por la cual se les designó de esta manera.
A pesar de lo anterior, lo que si tenemos bien definido en el ámbito de la medicina forense, es que las lesiones por arma blanca son infligidas por instrumentos de diversa hechura y estructura, entre los que predominan los laminados y los cilíndricos dotados de uno o más bordes cortantes, y en los que uno de sus extremos termina por lo general en punta, mientras que el otro es romo, con mango y empuñadura (cuchillo).
Si bien es cierto que las armas blancas son instrumentos que todos tenemos a nuestro alcance, las heridas producidas por estas son menos frecuentes que las producidas por proyectil de arma de fuego, ya que solo representan el 21.9% de los casos en traumatología forense.
La clasificación primaria que se tiene con relación a las heridas producidas por arma blanca, son las siguientes:
- Punzantes: Es el agente vulnerante que, tiene como característica principal tener culminar en punta, la cual penetra y lesiona desgarrando irregularmente los tejidos de la piel y planos subyacentes por impacto o presión. Dentro de este grupo se encuentran: clavos, varillas, punzones y puntas.
- Punzocortantes: Se trata del agente que, debido a sus características punzantes y cortantes, en su acción lesiona seccionando regularmente los tejidos de la piel y demás planos subyacentes. Dentro de este grupo se encuentran: cuchillos, puñales, soleras hechizas, cuchillos carniceros.
- Cortantes o incisas: Es el agente vulnerante que, debido a sus características de hoja con filo, lesiona seccionando y formando bordes limpios en la piel y planos subyacente, por presión o deslizamiento. Dentro de este grupo se encuentran: navajas, cuchillos, hojas de lata, fragmentos de cristal.
- Cortocontundentes: Son los instrumentos que contienen una hoja de metal con bordes semi-romos, lesiona separando los tejidos de la piel y planos subyacentes en forma irregular, por impacto, compresión o deslizamiento. Dentro de este grupo se encuentran: machetes, hachas, muelles para autos, trozos de lámina.
- Punzocontundentes: Son aquellos agentes que tienen como características: un cuerpo de metal con punta y bordes romos lesiona separando los tejidos de la piel y de los planos subyacentes en forma irregular, por impacto o presión. Dentro de este grupo tenemos, por ejemplo: barretas, soleras con punta roma, zapapico.
Ahora bien, a pesar de tener la clasificación primaria explicada con anterioridad, también se cuenta con una clasificación de acuerdo con las características del agente que las produce, siendo esta división en típicas y atípicas.
Y según, el propósito que se le de a su uso y el tipo de arma utilizada, se pueden subclasificar en armas para homicidio o suicidio.
Armas típicas | Armas Atípicas |
1) Cuchillo | 1) Trozos de metal afilado |
2) Navaja de Fuelle | 2) Trozos de metal o vidrio |
3) Puñal | 3) Trozos de Porcelana |
4) Sable | 4) Tijeras |
5) Espada | 5) Cortaplumas |
6) Bayoneta | 6) Hojas de afeitar |
7) Machete | 7) Guillotina de imprenta |
8) Verduguillo | 8) Guadaña |
9) Daga | 9) Azadón |
10) Pala | |
11) Hélices de barco | |
12) Hélices de avioneta |
Para culminar, las características que deben tomarse en cuenta para una adecuada descripción y clasificación son:
- Tipicidad o atipicidad
- Morfología de la lesión
- Características de las lesiones de defensa
- Mecanismos de acción
Para lo anterior debe tomarse en cuenta que la tipicidad o atipicidad del instrumento en ocasiones es difícil diferenciarlas dado que un instrumento cortante atípico deja los bordes nítidos, al igual que el típico, pero puede acompañarse de otros elementos que definan su atipicidad. Y las características morfológicas de las lesiones las diferencian entre lineales, en colgajo, penetrantes, rutilantes, superficiales o rasantes (cola de rata).
Bibliografía:
- Grandini J. Medicina Forense. 3ª ed. Editorial El Manual Moderno. México. 2014.
- Martínez S. Medicina Legal. 19ª ed. Méndez Editores. México. 2016.
- García J. Tanatología Medicoforense: la fragilidad de la existencia humana. México. 2015.