Por: Gerardo Jair Jaime González
El principal problema para los investigadores al momento de realizar su trabajo es determinar la calidad y utilidad de la información recabada, ya que mucha información puede ser descubierta o puesta a disposición de los investigadores, pero sólo un pequeño porcentaje puede ser exacta, completa, relevante, de calidad y por ello útil, en la resolución de la problemática de identidad. En este artículo abordaremos las principales diferencias en la calidad de la información y las dos principales fuentes de información para los investigadores.
- Información proveniente de los indicios.
Los indicios, o también llamado material sensible significativo, son elementos relacionados directamente con el hecho presuntamente delictivo que se investiga. Incluye cuestiones como huellas, sangre, fibras, pelos, casquillos, por mencionar algunas, así como herramientas utilizadas por el victimario como cuchillos, armas de fuego, palancas, etc. En ocasiones los indicios son tomados como sinónimos de evidencia, sin embargo, eso no es correcto, ya que el primero es todo objeto, instrumento, marca, rastro, señal o vestigio que se usa y se produce respectivamente en la comisión de un hecho delictivo; mientras que el segundo son los indicios sometidos a un estudio y análisis y que, como resultado de esto, se habrá de emitir un informe pericial o dictamen, corroborando que tiene relación con el hecho que se investiga.
Los indicios tienen por lo menos dos funciones principales en el proceso de investigación. En primer lugar, auxilian a establecer los elementos de un delito, por ejemplo, las marcas de palanca dejadas en una puerta pueden servir para establecer la ocurrencia de un robo. En segundo lugar, los indicios pueden asociar o vincular a las víctimas y a los victimarios, con el lugar de intervención, las herramientas con el lugar de intervención, los victimarios con las herramientas, las víctimas con otras víctimas y así sucesivamente.
La mayoría de los indicios son enviadas a los laboratorios para su estudio y análisis con el objetivo de establecer asociaciones. Es importante señalar que los indicios no son para identificar al culpable del delito, ya que esa no es función del investigador, la función del investigador es otorgar datos técnico-científicos a el Ministerio Público o Fiscal y éste desarrollará una verdad jurídica para establecer la responsabilidad y grado de participación. Aun cuando se encuentren huellas dactilares y se analice con la tecnología AFIS (Sistema Automático de Identificación dactilar) comparándolas con otros miles de impresiones existentes en los archivos informáticos y a través de este cotejo, el equipo seleccione las huellas dactilares que más se parezcan, la responsabilidad no se puede determinar.
Ni aun cuando se tengan los datos de ADN y haciendo la comparativa de la misma obtenida de células humanas (por lo general de sangre y semen), para obtener la coincidencia se puede hacer la identificación del victimario. Con estos dos ejemplos sólo se puede establecer la presencia de la persona en el lugar, tendrán que ser mayores datos que el Ministerio Público tome en cuenta para establecer la responsabilidad y grado de participación.
- Información proveniente de personas.
Además de los indicios, la otra fuente fundamental de la obtención de información en la investigación criminal son las personas, es decir, testigos, imputados e incluso la propia víctima. Los testigos pueden clasificarse en primarios o secundarios. Los testigos primarios son los que tuvieron conocimiento directo del hecho, es decir, escucharon u observaron el desarrollo de éste. Esta clasificación incluye a las víctimas u ofendidos por delitos que en su contra o de los que estuvieron involucrados de uno u otro modo. Los secundarios disponen de información sobre hechos relacionados antes o después del delito. Los informantes (también llamados fuentes de la calle) y personas aledañas al hecho que no observaron el desarrollo del delito serían los mejores clasificados en la calidad de testigos secundarios.
Sumado a la información básica sobre los detalles del hecho delictivo y, posiblemente, las acciones del autor (para establecer un modus operandi), otro tipo de información que frecuentemente es proporcionado por los testigos, son las descripciones de testigos oculares, que nos pueden llevar a la identificación de los partícipes. Esta información es de suma relevancia tanto para los peritos, policías, Ministerio Público o Fiscal e inclusive el juez; la problemática que en ocasiones se llega a tener es que las identificaciones de testigos visuales en ocasiones son imprecisas y por ende poco confiables.
Estudios recientes han demostrado que existen infinidad de factores que pueden alterar la identificación de testigos oculares o poner en duda la exactitud de sus declaraciones, como pueden ser las mismas condiciones ambientales, por ejemplo si está lloviendo, si existe neblina, si el sol está de frente al testigo, etc.; las condiciones físicas como la utilización de lentes o agudeza visual; y las mismas emociones del observador, como la tristeza, enojo, miedo; las expectativas que puede llegar a tener, la percepción de la importancia del evento, y el conocimiento del objeto o persona que se describe.
Para generar una mayor certeza en las declaraciones se utilizan técnicas como la entrevista policial, psicológica o criminológica, con el propósito de mejorar la recuperación de la memoria y así mejorar la exactitud de la información de testigos.
Bibliografía:
- Correa Ramírez, Alberto. Prontuario de investigación criminal. Guía práctica para profesional de las ciencias forenses. México. Trillas.
- Vicente Garrido, Jorge. La investigación criminal. España. Nabla Actividades.
- Ibáñez Peinado José. Técnicas de Investigación Criminal. España. Dykinson S.L.