Por: Gerardo Jair Jaime González
En nuestro país tenemos seis casos recientes de una mala práctica policial, que ha sido documentada por diversas redes sociales y noticiarios a nivel nacional e internacional.
El primero de ellos acontecido el 9 de junio de 2020, el cual corresponde a Alexander G., un adolescente de apenas 16 años, quien al acudir en compañía de otros jóvenes a una tienda, la policía de la localidad de Vicente Camalote, en Oaxaca, los confunde con un grupo delictivo y les comienza a disparar. Alexander recibe un disparo en la cabeza y muere. El segundo caso correspondiente al albañil Giovanni, ocurrido el 4 de mayo de 2020 en la comunidad de Ixtlahuacán de los Membrillos, en Jalisco. Giovanni es detenido por no portar cubrebocas y a partir de su detención no se supo nada, hasta que ingresó a separos con golpes en cabeza y tórax. Por esta razón, Giovanni muere el 5 de mayo. El tercer caso irónicamente sucede el 5 de junio del 2020, cuando en la Ciudad de México surgen protestas por la muerte de George Floyd y Giovanni derivado de abuso policial. La adolescente Melanie de 16 años es pateada por policías. El cuarto caso corresponde a Yair L., un joven de 28 años que se presume estaba bajo el influjo de alguna droga y lanzaba piedras en una gasolinera en Tijuana. Al ser arrestado los policías aplicaron una llave al cuello que lo estranguló y perdió la vida. El quinto corresponde a una detención arbitraria: el lunes 9 de junio del 2020 en Nezahualcóyotl, un grupo de mujeres fueron agredidas y se detiene a Alexia y Jhoany, a quienes subieron a una pick-up luego de forcejear. El último caso, sucedió en Tulum, Quintana Roo el año pasado, en donde la policía tiró al suelo a una mujer, la esposaron y una mujer policía se colocó encima provocándole dificultad para respirar. Al perder el conocimiento por esta causa, los uniformados la cargaron para subirla a la patrulla y la trasladaron a un centro de salud, donde posteriormente falleció. Este caso no fue aislado ya que en noviembre del 2020, policías dispararon en contra de un contingente feminista que protestaba contra la impunidad del feminicidio de Alexis, una joven de 20 años.
A partir de los casos anteriores a manos de policías, realizaremos una reflexión sobre diversos puntos, que son deplorables y persistentes en nuestra sociedad, tenido como principales problemas la falta de conocimiento en protocolos de actuación que derivan en uso excesivo de la fuerza o brutalidad policial y la discriminación.
En 1921, el filósofo alemán Walter Benjamin escribió el ensayo Zur Kritik der Gewalt (Para una crítica de la violencia), en el cual expone una visión del derecho y la justicia; es importante mencionar que a primera vista al leer violencia puede ser impactante; sin embargo, en alemán hay muy pocos sinónimos para las palabras, y en un contexto como el europeo, violencia institucionalizada es correcto y la violencia legal la ejerce el estado. En su ensayo Benjamin menciona que la policía mediante la violencia funda y motiva el derecho, pero que la violencia tiene que ser de forma discrecional. La violencia de la policía, según Benjamin es “informe, así como su apariencia espectral, omnipresente y difusa por doquier en la vida de los Estados Civilizados”. Sin embargo, el autor no está tomando en cuenta los actos de arbitrariedad que se cometen en cada turno policial.
La arbitrariedad policial no es un tema nuevo. En términos de percepción ciudadana, la policía es visualizada como una institución con facultades discrecionales y represivas. En México, la policía tiene el peor prestigio, ya que, aun teniendo hoy en día aparatos telefónicos que pueden evidenciar la brutalidad policial, diariamente vemos y escuchamos este tipo de situaciones.
Lo peor que podemos tener es brutalidad dirigida, y eso lo podemos notar en los casos del inicio de este artículo, donde los afectados son principalmente mujeres, personas de situación económica precaria e inmigrantes. La discriminación es un problema que abarca diferentes áreas, ya que puede ser explícito como implícito, pueden permear instituciones como la familia y la sociedad civil, y de ahí arraigarse en las instituciones estatales, como la policía.
Para poder eliminar las problemáticas mencionadas en los párrafos anteriores, muchas personas mencionan que es por la falta de educación y lectura de los policías. Realmente un servidor no está de acuerdo con dichas posturas, ya que existen personas con altos grados académicos y muy estudiosos que han realizado comentarios despectivos y clasistas en contra de otras personas. Lo que realmente se tendría que hacer con la sociedad en general, que desembocaría en una transformación policial, es promover la cultura del respeto, la empatía, la dignidad humana y la igualdad en todas las personas sin distinción de sexo, género, color de piel o estatus social.
En conclusión, la brutalidad, el uso excesivo de la fuerza policía y la discriminación, deben ser motivo de indignación para todos. De esta manera, podemos hacer escuchar a quienes cometan este tipo de conductas que no habrá tolerancia.
Bibliografía:
- Benjamin, Walter, Zur Kritik der Gewalt, Gesammelte Schriften, unter Mitwirkung von Theodor W. Adorno und Gershom Scholem, edición de Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuser, Suhrkamp, Fráncfort del Meno,1977, II/l, pp. 179–203.
- Radbruch, Gustav, “Arbitrariedad legal y derecho supralegal”, en, Paulson, Stanley L., La filosofía del derecho de Gustav Radbruch, Madrid, Marcial Pons. 2019, p. 220.
- https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/music/news/morrissey-interview-far-right-for-britain-racist-brexit-nigel-farage-a8973276.html