Existen excelentes películas que giran alrededor de un arquetipo como lo es un abogado: personaje icónico del cine. Desde la década de los 50’s comenzaron a rodarse películas de abogados, que eran principalmente adaptaciones de grandes novelas.
El personaje de abogado puede abordarse desde diferentes matices: aquel que busca el bien común, recto, con sentido de moral y que defiende una causa social o injusticia colectiva; aquel que tiene sed de poder, a quien le resulta indiferente a quien defiende siempre y cuando gane el juicio; aquel que es un personaje atormentado con su vida personal, y que deja de lado por practicar la abogacía.
Sin importar el matiz que se le dé, el personaje de abogado resulta muy llamativo, pues representa a lo que deberíamos de aspirar todos: la justicia. Los abogados son la primera línea de defensa contra la maldad del ser humano. Cuando asumimos que ha existido una vil injusticia en nuestra vida, lo primero que hacemos es acudir con un abogado y buscar la manera de que se resarza el daño que alguien más infligió sobre nosotros.
El cine de abogados es fascinante, pues muestra de manera íntima lo complejo que es hacer valer la ley y respetarla. Las cuestiones jurídicas en el cine de abogados se abordan profundamente y hay trascendencia siempre. El momento cuando se alcanza justicia, siempre es el clímax de la película. El grito: ¡Se hizo justicia!, le eriza la piel a quien sea.
Este cine nos permite comprender el carácter tan único con el que deben contar los abogados. Tan necesaria la cabeza fría, la agilidad mental, la capacidad de entendimiento y raciocinio, y la creatividad para resolver una situación en la cual otra persona salió dañada y lastimada, con consecuencias incluso fatales.
El conflicto interno de los abogados sobre el manejo de sus emociones, enriquece aún más el personaje. Es común que, en algún punto de la historia, el abogado tenga un momento de debilidad y se quiebre. Al final, los abogados son seres humanos con sentimientos, errores, conciencia y empatía, y muchas veces las situaciones que tienen en sus manos, no les permite validar las emociones en el preciso momento que las experimentan. Ya habrá tiempo para eso, después del juicio.
La pasión y la fortaleza de los abogados son muy atractivas, y usualmente las películas de abogados nos confrontan con problemáticas sociales duras de aceptar, incluyendo la pena de muerte. Las historias presentadas en este cine son crudas, crímenes atroces y situaciones complejas de abuso de poder, que dejan entrever la mezquindad humana.
El personaje de abogado es relativamente moderno, pero sin duda tiene todos los elementos para crear un nuevo género cinematográfico.
Algunas de las mejores películas de abogados son:
- Doce hombres en pugna (1957)
- Se presume inocente (1990)
- Erin Brockovich (2000)
- Veredicto Final (1982)
- Cuestión de Honor (1992)
- Philadelphia (1993)
- Kramer Vs. Kramer (1979)
- El juicio de Núremberg (1961)
- La Firma (1993)
- Tiempo de matar (1996)
- El Informe pelícano (1993)
- El abogado del diablo (1997)
- Amistad (1997)
- Acción civil (1998)
- Impulso criminal (1959)
¿Cuántas has visto?