La regla de los 7 metros en tiro defensivo

- Artículos - octubre 20, 2021
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Por: Gerardo Jair Jaime González

Esta regla es practicada principalmente dentro del ámbito policial, en materias como tiro policial o técnicas y tácticas policiales. La mencionada regla también es conocida como de los 21 pies (6.4 metros) o “Regla de Tueller”. Se denomina “Regla de Tueller”, en honor al sargento Dennis Tueller, del departamento de Policía de Salt Lake City, quien tras varios estudios determinó que el tiempo mínimo en el que el policía puede sacar su arma y disparar es de 1.5 segundos. En ese tiempo, una persona en estado de salud normal puede correr casi seis metros y medio (21 pies, en el sistema métrico estadounidense).

Todos los practicantes de cualquier tipo de defensa personal en el mundo tienen una regla concreta: la mejor y casi única manera de defenderse de un ataque con cuchillo es huir, siempre que sea posible. Para una persona sin conocimiento en defensa personal, entrar en combate cuerpo a cuerpo va a resultar, en el escenario menos catastrófico, en heridas muy graves. Los ataques con cuchillos, navajas, machetes o cualquier otro tipo de arma blanca son cortos, explosivos, muy violentos y potencialmente más letales que un enfrentamiento con armas de fuego.

Sin embargo, un Funcionario Encargado de Hacer Cumplir la Ley, no puede darse el lujo de dejar a un lado su obligación y huir del ataque, por el contrario debe repeler la agresión para proteger a los ciudadanos y a sí mismo. En este orden de ideas, un ataque con arma blanca es una de las situaciones más difíciles a las que se puede enfrentar un policía.

Entonces, la generalidad de la regla se basa en que a menor distancia de la señalada disminuye enormemente las oportunidades de sobrevivir, teniendo en cuenta, como ya se puntualizó, que los ataques que se realizan con arma blanca son veloces y aunque pudiéramos tener la oportunidad de disparar, nada asegura que el disparo impacte al atacante, y aunque impacte en una zona vital (por ejemplo, aunque se acierte el disparo al corazón, pueden pasar hasta 20 segundos para que la persona se desplome), por la inercia del atacante, este alcanzaría, probablemente, a lesionarnos o incluso a privarnos de la vida.

Desde 1983, se utiliza en el ámbito policial la regla de los 7 metros, “Regla de Tueller” o de los 21 pies, usada habitualmente como técnica policial de entrenamiento. Es un ejercicio con el que se busca demostrar el rango de distancia en el que un policía puede repeler de forma efectiva el ataque de un individuo armado con un objeto cortante.

Esta regla es estudiada y practicada por todas las policías y agencias gubernamentales de los Estados Unidos como parte fundamental en el entrenamiento con armas de fuego, y su difusión se ha ido extendiendo a otros países de Europa y Latinoamérica, incluyendo nuestro país.

La distancia ya mencionada, es la mínima establecida para tener oportunidades de supervivencia ante una agresión con arma blanca, a partir de tener el arma enfundada y en condiciones listas para el disparo, esto último, casi siempre prohibido para las policías de nuestro país; varios de los reglamentos y circulares internas de las instituciones policiales obligan al policía a no tener su arma cargada, lo cual genera que el tiempo mencionado en los primeros párrafos incluso se duplique.

Otro punto para considerar es la observación, ya que en muchas ocasiones el agresor oculta el arma y el policía se tendría que dar cuenta que la persona esta armada y con la intención de atacar a los 7 metros. Con esta “ventaja”, el policía es físicamente capaz de disparar un segundo y medio después, cuando el contacto y por lo tanto la agresión ya casi se está produciendo. Dicho de otra manera, se trata de un disparo a corta distancia, prácticamente en contacto con el objetivo, efectuado bajo condiciones de adrenalina y estrés en las que apuntar resulta imposible para un agente común. Considerando las posiciones normales enseñadas en las academias, con los brazos extendidos y a la altura de los hombros, lo común sería que los impactos de bala acaben en la cabeza, el cuello o el pecho del agresor, zonas potencialmente letales.

Lo anterior demuestra claramente otra de las reglas básicas para el policía, además de tener un arma y munición adecuada, se debe contar con un entrenamiento acorde a las exigencias de nuestro rol de policías.

Al respecto se deduce que arma, munición y equipo, junto a la capacitación necesaria constituyen factores decisivos para el buen desempeño del agente de seguridad pública.

Esto resulta válido, tanto para el ciudadano legítimo usuario, como para el representante de la ley.

Bibliografía:

  • Carranza García, Francisco. “Tiro Policial. Técnicas y tácticas”. Porrúa. México.
  • Apuntes de tiro policial, Curso de Operaciones Especiales de la Dirección General de Operaciones Especiales y Unidades Estratégicas de la División de Gendarmería. Policía Federal.
  • Revista Legítima Defensa, Editorial Mina, No. 5, México.
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