Yucatán se separó de la nación mexicana un día como hoy, pero de 1840, como una protesta a la instauración del régimen centralista. Durante ese periodo histórico, otras entidades como Zacatecas y Tejas se levantan en armas en contra de Antonio López de Santa Anna, la primera cedió ante la respuesta militar del gobierno mexicano, la segunda, logró su independencia.

Tras la derogación de la Constitución de 1824, Yucatán decide establecer su propia constitución y declararse libre y soberano, restablecer las leyes particulares del estado y generales de la nación, que regían hasta el 1ro de mayo de 1834, anunciando legalmente como repuestos a los trabajadores públicos en sus puestos, así como a las corporaciones y dependientes del estado.
Yucatán y su decreto del 4 de marzo
En el decreto del 4 de marzo de 1840, se denuncia que la nueva República de Yucatán no será parte de México, toda vez que adopta el régimen centralista, disolviendo su modelo federalista y reasume las facultades de la legislatura como a las del congreso federal, así como las del gobernador, como a las del presiente.
Como respuesta a las llamadas Siete Leyes Constitucionales promulgadas en 1836 que rompían el pacto federalista convirtiendo al país en un régimen de carácter centralista, Yucatán considera esta decisión, como arbitraria y rechaza la oferta que le extiende la nación mexicana a firmar el pacto para integrarse a la nueva nueva república, la cual ignoraba la Constitución de 1824.
El territorio de Yucatán
Yucatán estaba conformado por los actuales estados de Campeche, Quintana Roo y el territorio yucateco, pero su población era muy escasa para finales de los años 30 del siglo XIX, de modo que el nuevo modelo centralista, el cual convertía a los estados en departamentos, limitaba la representación en el Congreso General a aquellas con pocos habitantes, pues las Siete Leyes Constitucionales permitía a un representante por cada 150 mil habitantes en el mismo, lo cual ponía en franca desventaja a Yucatán.
Ante la separación de Yucatán de México, el gobierno envía una avanzada militar para reprimir a los separatistas hacia la hacienda de Pacabtún en Mérida, así como otras medidas como el cierre de puertos mexicanos al comercio de buques provenientes de Yucatán, lo cual afecta severamente a la nueva república yucateca. Antonio López de Santa Anna ofrece autonomía total a Yucatán a cambio de su reintegración a la república centralista, lo cual la Asamblea Legislativa de Yucatán, rotundamente rechaza.
La independencia de la República Yucateca no fue duradera, pues como resultado de la Guerra de Castas entre criollos e indígenas mayas, el gobierno del entonces presidente Miguel Barbachano se ve en la necesidad de pedir asistencia al gobierno mexicano, el cual acepta disolver la revuelta de la nación rebelde de la Chan Santa Cruz, a cambio de la reincorporación de Yucatán a México. Lo cierto es que ese mismo año Yucatán regresó a ser parte de la República Mexicana.