El mundo del Derecho está lleno de términos y conceptos que, aunque
parezcan similares, tienen significados y aplicaciones muy distintas. Esta
confusión puede llevar a errores significativos en la práctica legal. En este
artículo, abordaremos dos pares de conceptos que a menudo generan
confusión: caducidad vs. prescripción y término vs. plazo. Entender estos
términos es crucial para cualquier estudiante de Derecho.
Caducidad vs. Prescripción
Caducidad y prescripción son conceptos que se refieren a la pérdida de
derechos, pero tienen diferencias fundamentales en su aplicación y efectos.
Prescripción se refiere a la pérdida de un derecho o la extinción de una
obligación debido al transcurso del tiempo. Este concepto puede dividirse en
dos tipos principales:
Prescripción Extintiva: También conocida como prescripción negativa o
liberatoria, es la pérdida del derecho a exigir el cumplimiento de una obligación
porque ha transcurrido un cierto periodo de tiempo sin que se haya ejercido
dicho derecho. Por ejemplo, en muchos países, las deudas prescriben después
de un periodo de tiempo específico, lo que significa que el acreedor pierde el
derecho a exigir el pago (García Máynez, 2001).
Prescripción Adquisitiva: También conocida como usucapión, es el proceso
mediante el cual una persona adquiere un derecho real sobre un bien, por
haberlo poseído de manera pública, pacífica y continua durante un tiempo
determinado. Un ejemplo típico es la adquisición de propiedad de un inmueble
por posesión prolongada (Rivera, 2010).
Caducidad, por otro lado, implica la pérdida de un derecho o la extinción de una
facultad debido al transcurso de un tiempo específico fijado por la ley, sin
posibilidad de interrupción o suspensión. La caducidad se aplica principalmente
en el ámbito del derecho administrativo y procesal. Por ejemplo, el derecho a
impugnar un acto administrativo puede caducar si no se ejercita dentro del
plazo legalmente establecido (De Pina, 2013).
La diferencia clave es que la prescripción extingue la acción, más no el derecho
y la caducidad extingue ambos. La prescripción se toma en cuenta a largo
plazo, mientras que la caducidad es a corto o mediano plazo. Sin embargo, el
artículo 67 del Código Fiscal establece que sí se puede suspender la caducidad
de las facultades de la autoridad cuando se hace valer cualquier medio de
defensa, como un recurso administrativo o juicio, independientemente del
sentido de la resolución que le recaiga. La suspensión implica que el periodo
transcurrido hasta antes de que acontezca el evento suspensor no se pierde
sino que se acumula al que transcurra una vez extinguido el señalado evento.
Término vs. Plazo
Término y plazo son términos que se utilizan a menudo indistintamente, pero
tienen significados técnicos distintos en el ámbito jurídico.
Término se refiere a un momento específico en el tiempo fijado para que se
realice una determinada acción o acontecimiento. Es el punto final o fecha
límite en la que algo debe ocurrir. Por ejemplo, en un contrato de
arrendamiento, el término puede ser el 31 de diciembre de 2024, fecha en la
cual el arrendamiento finaliza.
Plazo, en cambio, es el periodo de tiempo comprendido entre dos momentos
específicos. El plazo puede ser fijado en días, meses, años, o cualquier otra
unidad de tiempo. Por ejemplo, un plazo de 30 días para presentar una
apelación significa que desde el día siguiente al evento que da origen al plazo,
se cuentan 30 días naturales o hábiles, según lo que disponga la ley o el
contrato.
En términos más sencillos, el término es un punto fijo en el tiempo, mientras
que el plazo es un periodo que transcurre entre dos términos. Un ejemplo
práctico es el siguiente: Si un contrato establece que se debe pagar una renta
mensual (plazo) hasta el 31 de diciembre de 2024 (término), el plazo es cada
mes y el término es la fecha final de vigencia del contrato (De Pina Vara, 2011).
Es fundamental entender las diferencias entre estos conceptos para evitar
errores en la interpretación y aplicación de las normas. Por ejemplo, confundir
la prescripción con la caducidad podría llevar a perder la oportunidad de ejercer
un derecho o reclamar un beneficio legal. Asimismo, no distinguir entre término
y plazo puede resultar en incumplimientos contractuales o procesales.
En la práctica jurídica, estos conceptos se utilizan frecuentemente en la
redacción de contratos, demandas, y otros documentos legales. Un abogado
debe ser capaz de utilizar los términos correctos para evitar ambigüedades y
asegurar que los derechos de sus clientes estén debidamente protegidos.
La precisión en el uso del lenguaje jurídico es crucial para el ejercicio del
derecho. Caducidad y prescripción, así como término y plazo, son conceptos
que, aunque pueden parecer similares a primera vista, tienen diferencias
fundamentales que pueden afectar significativamente los derechos y
obligaciones de las partes involucradas. La comprensión y correcta aplicación
de estos términos es esencial para cualquier estudiante y profesional del
Derecho.
Referencias
De Pina, R., & De Pina Vara, R. (2011). Diccionario de derecho. Porrúa.
García Máynez, E. (2001). Introducción al estudio del derecho. Porrúa.
Rivera, J. (2010). Derecho civil. Editorial Jurídica.
De Pina, R. (2013). Derecho administrativo. Porrúa.
https://sjf2.scjn.gob.mx/detalle/tesis/188877